Se presentan en esta página diversos recorridos por la costa a bordo del kayak, una embarcación práctica y ligera que permite observar y recorrer todos sus rincones y recovecos por donde no podría llevarlo a cabo una embarcación tradicional. Todas las imágenes de las grabaciones han sido logradas por nuestro colaborador Joan Capó.
Clicando en las imágenes que siguen se podrá acceder a los distintos videos que permitirán conocer la costa de Menorca "A vista de kayak"
Es Grau – Sa Mesquida
En primer lugar se muestra uno de los momentos que agrada notablemente al kayakista: el regreso de un buen recorrido coincidiendo con una preciosa puesta de sol. Éste tiene lugar entre Es Grau-Sa Mesquida y regreso.
Entre Cala Prudent (Pudent) y En Tosqueta
Existen tramos de costa de Menorca que son bastante desconocidos, sobre todo para quienes carecen de embarcación o medio adecuado para desenvolverse por mar. Tramos que, además, son realmente preciosos e interesantes.
Ello sucede, por ejemplo, en el comprendido entre Cala Prudent (o Pudent, Pudenta, para muchos), en que por ser de difícil acceso por tierra es poco visitado, y En Tusqueta.
La costa es, en su mayor parte, rocosa, baja y agreste, al igual que sus fondos, con dominio de piedra y roca, lo que les convierte en muy interesantes para los aficionados a la práctica del snorkel y el submarinismo.
En la primera parte de este tramo de costa se muestran rincones y perspectivas realmente interesantes. Y es que, debido a las características propias del terreno, la acción del agua que bate constantemente la costa empujada por las rachas de tramontana, ha tallado a lo largo de los siglos su perfil.
De Cala Santa Galdana a Cala Trebalúger
y el Torrent de Trebalúger
No tan solo la costa puede presentar muy diversos aspectos, cada cual más atractivo e impresionante. También posee Menorca espacios espectaculares dignos de ser visitados a bordo de nuestro kayak.
El siguiente recorrido nos llevará desde la Cala de Santa Galdana a la preciosa Cala de Trebalúger, pasando por Cala Mitjana, desde donde podremos observar privilegiadamente el colofón a la siempre espectacular salida del sol.
Primera escala de la ruta: Cala Mitjana. Una pequeña vuelta por el interior y vuelta a salir. Encontraremos la maravilla que supone el efecto de los rayos del sol sobre el acantilado. Fantasía que aumenta por la presencia de la bruma sobre el mar.
Llegada a nuestro destino intermedio: Cala Trebalúger. A nuestro babor, al fondo, la desembocadura del torrente del mismo nombre. Una incursión ilusionante preparada para el día de hoy.
Nos disponemos, ya, a remontar el torrente hasta donde nos sea posible. A partir de este momento ya lo dice el refrán, «una imagen vale más que mil palabras». Y aquí hay muchas…
Terminado el recorrido y de vuelta a la Cala de Santa Galdana, se culmina con una vueltecita por el Torrente de Algendar. Un menú para un día completo.
…un lugar donde la realidad se confunde con la fantasía
Cap de Cavallería, piedra y azul profundo
Se está acostumbrado a ver la isla de Menorca como un destino de vacaciones para sol y playa, esto es, de verano. Sin embargo la isla tiene otros muy diversos matices a descubrir y visitar el resto del año: monumentos prehistóricos, senderos, museos, gastronomía, etc.
El Cap de Cavalleria y el resto de la costa, en cualquiera de sus cuatro puntos cardinales, presentan una belleza singular cuando en los inviernos son fuertemente abatidos por los temporales, creando con ello un soberbio espectáculo de las olas estrellándose contra la costa.
También sucede que bajo los cielos grises y plomizos, cuando los rayos de sol no inciden sobre la misma, se adquiere una gama de tonalidades totalmente diferentes y no por ello menos interesantes.
De ello saben un rato los amigos kayakistas, que bien pertrechados realizan sus salidas igualmente en los meses de menor ajetreo y fríos en la mar.
El Cap de Cavalleria es totalmente rocoso y presenta una gama de matices, perfiles y composiciones tanto más interesantes en los días nublados que en los despejados. Y es que entonces adquiere un halo de misterio y espectacularidad realmente impactantes.
Orto en la Bahía de Fornells
Después de la observación de un hermoso amanecer (en Fornells son factibles casi a diario, salvo que las nubes dominen el cielo), los kayaks van a recorrer la bahía, en donde existen multitud de espacios realmente espectaculares.
Espacios naturales merced a que se mantenga prácticamente virgen tras evitar que la corriente especuladora pudiera llevar a efecto sus grandes proyectos (que los hubo y posiblemente se gesten otros nuevos) que la hubieran destruido.
El recorrido fotográfico nos permite -en su mayor parte- descubrir la parte natural más recóndita: calitas, panorámicas, formaciones rocosas moldeadas por los agentes atmosféricos, etc.
En la ribera de levante de la bahía, así como en la sur, se abren pequeñas calitas, varias de ellas con una pequeña playa, accesibles exclusivamente por mar al encontrarse en propiedad privada los posibles accesos por tierra. Cuentan, además, de la ventaja de carecer prácticamente de profundidad, sobre todo las de la ribera sur.
Sa Fonteta, S’Era, Cala Rotja, Cala Blanca, etc. son rincones que parecen extraídos de un cuadro.
A partir de la bocana el paisaje cambia por completo. La costa baja, suave y frondosa se convierte en alta, dura, agreste y salvaje. En sus acantilados puede palparse perfectamente el efecto de los terribles embates que el mar, empujado por las fortísimas tramontanadas dominantes en toda la zona, ha ido esculpiendo en los mismos.
Grietas, cuevas y derrumbes se han hecho presentes desde el primer momento. La mar, llana y azulada puede cambiar por momentos en una temible trampa para el navegante con la irrupción de la tramontana. Y de ello bien lo saben los sufridos pescadores de la zona. Costeando a vista de kayak, sin embargo, se lo muestra aprovechando la mejor de sus caras.
El reconocimiento de este tramo de la costa norte tan fornellera nos llevará hasta la Punta d’ets Esfleis.
(Imágenes, Joan Capó)