Una isla convertida en museo
El entusiasmo que demuestra día a día el ya importante grupo de miembros que integran la Fundación es altamente palpable: de aquellas ruinas cubiertas de vegetación en las que el acceso al interior suponía un peligro de alto grado, no queda nada. La entidad tiene un grupo de buenos protectores y colaboradores que han permitido la adquisición del numeroso material necesario para la reconstrucción y la reurbanización de todo el conjunto: equipos y energía eléctrica, carpintería, patrocinio de salas de exposición, y un altísimo grado de donaciones por parte de galenos, personajes populares, entidades, etc. tanto del tipo económico como de material: libros, material sanitario antiguo, equipamiento hospitalario, aparatos, etc.
Lo cierto es que el sueño que motivara años atrás a un grupo de entusiastas liderados por Luis Alejandre, general en la Reserva, es una auténtica realidad y orgullo para los mahoneses, en particular, y para los menorquines en general. Realidad que avanza día a día y a la que aún faltan muchas metas a lograr todavía.
Se avanza rápido y cambia el estado de un día para otro en las numerosas salas del edificio del veterano Hospital Naval, motivado por el plan de trabajo que mueve sin descanso a sus miembros. Tal es así que se han venido rehabilitando diversas salas para dedicarlas a diferentes temáticas a fin de constituir un auténtico y preciado museo en consonancia con el propio interés histórico de los edificios existentes en la isla.
Cada sala rehabilitada venía a suponer -según cálculos estimados en el año 2014- en un coste de unos 6.000 euros, que como se ha citado, proceden de donaciones bien de instituciones o sociedades, bien de particulares.
De hecho se están habilitando las ubicadas en la planta baja del principal a excepción de la antigua Imprenta de Es Castell que ha sido ubicada en otro edificio.
LAS SALAS DEDICADAS A LA MEDICINA
LAS SALAS DEDICADAS A DIFERENTES ESPECIALIDADES DE LA MEDICINA PROPIAMENTE DICHA
Y como hospital que era su función, no podían faltar los elementos principales que definen esta actividad: todas las etapas que intervienen en una vida, desde que nacemos hasta que abandonamos este mundo y, de esta forma todos los estados, medios e instrumentos, tienen cabida repartidos en diferentes salas de la exposición.
Sobre ello hay que decir que existen varias, en cuya rehabilitación se han implicado el Colegio Oficial de Médicos de las Illes Balears y la Real Academia de Medicina de las Illes Balears, dedicando una de ellas al doctor A. Hernández Morejón, médico entre 1773 y 1836; otra al doctor Bernat Riera Alemany, mientras que la de Autopsias (nº 12), está dedicada al cirujano militar George Cleghorn, quien llevara a cabo en Menorca más de un millar de disecciones adelantándose su praxis un siglo a su tiempo.
El doctor Miquel Timoner fue el encargado de dirigir el montaje de las salas de Medicina y el Museo que forman conjuntamente le constituyen el segundo en importancia de España. Reúnen numeroso y valioso instrumental cedido por médicos o sus herederos tales como la familia Echevarría, cuyo titular fue uno de los directores del centro ubicado en el islote en su tiempo. De su mano llegó al Museo que conforman estas salas el legado de dos dermatólogos de prestigio, los doctores Gabriel Sampol y Antonio Ramis.
El inventario de lo recibido es impresionante, especialmente porque sitúa al espectador en la medicina de los años treinta y posteriores, en momentos en que la diatermia, los rayos ultravioleta, la luz solar, los rayos X y la endoscopia, comenzaban su andadura.
Importante, además, porque tales aparatos venían acompañados con sus normas de funcionamiento y manuales técnicos. Entre ellos se puede encontrar una “Descripción de un aparato pulverizador para duchas de vapor” junto a la descripción de una lámpara “Gallois” para baños generales de luz ultravioleta a domicilio, fabricada por SICE Electromedicina, o un aparato portátil de “Rayos X Sánchez y Alta Frecuencia” (sic) construido en el Laboratorio Eléctrico Sánchez de Piedrabuena (Ciudad Real). Todo este material puede contemplarse en el viejo Hospital de la Isla del Rey.
Junto a dos aparatos portátiles de rayos X, un universtato para galvanización, una lámpara de luz de cuarzo, otra de luz ultravioleta, un aparato de diatermia, otro de aplicación de dióxido de carbono, dos autoclaves en magnífico estado, cuatro cajas de instrumental, electrodos, transformadores, accesorios para corrientes galvánicas y farádicas, medios de sutura, etc. etc.
También se han montado dos salas con los clásicos camastros en los que reposaban los enfermos (nº 7), para ofrecer un aspecto real de una sala de pacientes de aquellos años.
LAS SALAS DE EXPOSICIONES EN CONSTANTE EXPANSIÓN
Existen otras diversas salas apoderadas y tuteladas por diversas personalidades u organismos como Farmacia, Biblioteca, Malacología, Botánica, etc. constituyendo un conjunto realmente único y digno de ser visitado.
En el espacio dedicado a la Botánica se pueden observar diversas plantas medicinales y adquirir la típica camamil·la de Menorca producida en los planteles ubicados en la propia isla.
UNA SALA MUY ESPECIAL:
«MEMORIAL ACORAZADO ROMA»
La asociación Familia Italiana en Menorca (ciudadanos de este país que residen en Menorca) que encabeza el infatigable Mario Cappa, un súbdito de ese país mediterráneo tan cercano al nuestro y residente en el Port d’Addaia, se propuso en su día actuar de alguna forma para mantener el recuerdo del trágico episodio acaecido al “Roma” y otros buques de la armada italiana en el transcurso de la 2ª Guerra Mundial. Como es sabido, el barco transportaba 2.072 marinos a bordo cuando fue bombardeado y hundido por la aviación germana y la mayoría de los 626 supervivientes fueron trasladados hasta este hospital naval de la Isla del Rey del puerto de Maó. El trágico acaecimiento se llevó por delante a 1.395 hombres entre oficiales y marineros, incluyendo al propio almirante Bergamini. Desde entonces Italia y Menorca, a través del nexo de unión de la Isla del Rey, comenzaron a mantener una relación que se ha prolongado hasta nuestros días.
A las siete de la mañana del 9 de septiembre de 1943 cuatro buques pertenecientes a la escuadra italiana al mando del comandante, CN Giuseppe Marini, entraban en este puerto, neutral en dicha contienda, en busca de refugio. Portaban a bordo cadáveres, heridos muy graves, quemados de consideración… Se trataba del crucero “Attilio Regolo” y los destructores “Carabiniere”, “Mitagliere” y “Fuciliere”. Más adelante se les uniría el buque de apoyo “Orsa”. Todos ellos permanecieron en este puerto hasta el 15 de enero de 1945.
El comandante de Marina por aquel entonces era el CN Francisco de Benito, quien haría lo posible por atender a los cerca de 300 heridos que serían ingresados en el hospital militar emplazado en la Isla del Rey. Los fallecidos y los que irían perdiendo la vida en los siguientes días recibirían sepultura en el cementerio de la ciudad donde con el paso de los años se levantaría un precioso mausoleo en su perpetuo recuerdo y ante el cual, año tras año, llegado el mes de noviembre, autoridades tanto italianas como españolas dedican un sentido recuerdo.
La Familia Italiana en Menorca decidió emprender la labor de restaurar una de las salas del antiguo Hospital donde estuvieran internados sus compatriotas la cual sería denominada “Sala Memorial Acorazado Roma” en la cual se reunirían banderas, fotografías, recuerdos y toda suerte de detalles que sirvan para perpetuar la página escrita en la historia naval de su país por aquellos hombres que sufrieron la peor parte de una guerra que nadie quiere pero que, por desgracia, aún existen.
Destaca una hermosa y completísima maqueta del acorazado de generosas proporciones y que ha sido emplazada en el centro de la estancia, llevada a cabo por las manos del propio Mario Cappa que se muestra en la preciosa imagen que encabeza la información sobre esta sala, la cual ejerce un poderoso atractivo entre todos los visitantes.
Hay que añadir que esta sala ha propiciado la incorporación de Menorca en la red de museos marítimos del Mediterráneo tras la firma de un acuerdo de cooperación internacional entre la Fundación de la Isla del Rey y el Museo del Mar de Génova con el propósito de transformar el legado italiano existente en la Isla del Rey, en un museo marítimo.
LAS OTRAS EDIFICACIONES
El primer edificio recuperado a fondo es el del apéndice del ala sur, que sirve para albergar las oficinas. merchandising, recepción, etc. que ha sido pintado de un vistoso rojo inglés. Es el edificio de Recepción.
Otro de los edificios que está rehabilitando es el situado frente a las instalaciones principales. Curiosamente, una de las salas ubicadas en el mismo ha sido destinada a acoger las máquinas que pertenecieron a la antigua imprenta de Es Castell que, con toda probabilidad, debieron de imprimir más de un impreso para los servicios de la isla en la etapa española. Son, sin duda alguna, otros objetos testimoniales de épocas pasadas.
UNA RECUPERACIÓN DEL OLVIDO CUIDADOSAMENTE LOGRADA
Y los trabajos continúan lenta e incansablemente. La realidad de los hechos está ahí y, lo que es mejor, existen grandes proyectos para estas instalaciones que se espera se hagan realidad. Mientras, continuarán las visitas, actos y eventos encaminados a continuar recaudando los óbolos y donaciones de todos, así como de nuevos patrocinios.
UN MUSEO PLENAMENTE CONSOLIDADO
En resumen… ¿le interesa visitarlo? Rotundamente creemos que sí. Y es que no resulta fácil encontrar un complejo sanitario edificado sobre una isla como podremos apreciarlo en la Isla del Rey o del Hospital. La exposición de material sanitario que en la misma se ofrece está considerada como la segunda más importante de España.
Las visitas difieren en sus horarios en temporada alta y temporada baja. Un guía especializado muestra a los visitantes todas las dependencias a la vez que ofrece toda clase de información y explicaciones de cada una de ellas y su historia.
Una simpática costumbre con la que se finaliza el recorrido es hacerse una fotografía conjunta en el patio principal como recuerdo de la visita.
Podrán encontrar más información en la propia web de la Fundación: