La Mola > Un poco de historia

 

VISTA PARCIAL DE LAS INSTALACIONES DE LA FORTALEZA DE ISABEL II EN LA MOLA (CONSORCIO MILITAR DE MENORCA)

 

UN ENCLAVE MILITAR CONVERTIDO HOY EN MUSEO

 

No cabe la menor duda de que siempre ha mantenido un innegable poder de impactante atracción el rudo perfil que presenta la pequeña península de la Mola de Mahón, el apéndice de la costa de la isla que, además de convertirse en punto de referencia para cualquier navegante, se introduce físicamente por medio de su negra Punta de s’Esperó, altiva y desafiante, en las azules aguas de nuestro Mediterráneo, convirtiéndose en el extremo más oriental de Menorca y, en consecuencia, de España.

 

VISTA DE LA PUERTA DE LA REINA, EL ACCESO POR TIERRA A LA FORTALEZA DE ISABEL II (PATRIMONIO MILITAR DE MENORCA)

 

De su historia…

 

Lugar prácticamente desprovisto de vegetación consecuencia directa del continuo barrido por las duras tramontanadas y levantes cargados de salitre, de impresionante presencia bajo un cielo plomizo y con la mar encrespada por el dominio del color oscuro en la mayor parte de sus acantilados, se convertiría con el paso de los años en un enclave rico en historia, anécdotas y curiosidades, así como en elemento indiscutible del patrimonio histórico cívico-militar del puerto de Mahón a causa de las numerosas construcciones que aún permanecen en pie, aunque hayan perdido por desgracia numerosos elementos constructivos de las mismas.

 

LA MISMA IMAGEN EN UNA FOTOGRAFÍA DE ÉPOCA (CVAS, FOTOS ANTIGUAS DE MENORCA)

 

Sería en el transcurso del año 1859 cuando se confirmó la orden del Gobierno del Estado, a través del Ministerio de la Guerra, la reanudación de las obras de construcción iniciadas más de una década atrás de la hoy legendaria Fortaleza de Isabel II, destinada a defender en todo momento el acceso al puerto de Mahón. La idea de la construcción de tan impresionante instalación militar había sido anunciada durante el año 1840, expropiándose los terrenos de la península, para ser proyectada entre 1843 y 1849, tras lo cual comenzarían sus obras adaptándose siempre a las facilidades presupuestarias, lo cual daría pie a diversas paralizaciones. El primer paso de la reanudación definitiva sería el anuncio de la llegada a este puerto del vapor transporte de guerra Lepanto, a bordo del cual viajaban dos compañías de Ingenieros procedentes de Barcelona, donde tenían su acuartelamiento. La orden recibida por el comandante de la nave era de que la misma debería fondear en algún lugar próximo a la Mola para que pudieran desembarcar los hombres directamente en la zona a través de barqueo utilizando uno de sus accesos y con ello se evitarían los kilómetros de maltrecho camino que unían el enclave con alguno de los muelles aptos para este tipo de operaciones. Con la reanudación de las obras se expondría a la superioridad la necesidad de proceder también a realizar un dragado general del puerto que permitiera fondear a lo buques que buscan refugio en los lugares más resguardados del mismo, y cuya sonda había ido disminuyendo progresivamente, año tras año, por causa de los materiales arrastrados por los aluviones, al tiempo que se reclamaba se ejerciera un repaso general a los distintos muelles.

 

EL TRANSPORTE DE LA ARMADA ESPAÑOLA LEPANTO (ARCHIVO DEL AUTOR)

 

El 18 de abril de ese mismo año y a bordo del vapor Mahonés, llegaban un buen número de canteros y albañiles peninsulares contratados para trabajar en las obras de la fortaleza, las cuales no tardarían en tomar un auge realmente extraordinario. Y como consecuencia directa de las mismas se iba materializando cada vez más la idea de proceder a rehabilitar también los edificios del antiguo hospital militar situado en la Isla del Rey, en eventual abandono por su precariedad, de modo que podrían ubicarse nuevamente en el mismo el personal y numerosos pacientes que se encontraban por dicha causa albergados en un local de Villa Carlos. El 14 de mayo la nómina de personal contratado en la fortaleza sumaba ya un total de 1.500 obreros. Fue entonces el momento apropiado para que el diputado en Cortes de la isla decidiera solicitar al Estado que fueran enviados unos 400 presos para que trabajaran en las obras a fin de acometerles mayor celeridad, los cuales podrían ser alojados en los edificios existentes en la Isla del Rey. La solicitud fue atendida con notable prontitud y, a principios del mes de julio, el ministro de la Guerra hacía público el envío de los 400 presidiarios a Mahón confirmando con ello la aceptación de la petición llevada a cabo por el diputado. Serían destinados a las obras de la Mola, aunque también a otras de tipo oficial en Menorca que se consideraran necesarias.

 

PERSPECTIVA PARCIAL DE LAS CONSTRUCCIONES DE LA FORTALEZA DE ISABEL II EN LA MOLA (CONSORCIO MILITAR DE MENORCA)

 

El 12 de julio llegaba a bordo del vapor correo el comandante que tendría bajo sus órdenes el nuevo presidio (la “penita”) a constituir en Mahón, encontrándose preparados para su traslado 200 presos (“penitos”) en Barcelona y otros 200 en Palma, procedentes estos últimos de Valencia, a punto de embarcar para ésta en el momento de que se dispusiera del transporte apropiado. Y así, cuando transcurrían la una y media de la tarde del 14 fondeaba en las inmediaciones del Clot de la Mola el vapor transporte de guerra Lepanto conduciendo a bordo los 200 prisioneros procedentes del puerto de Barcelona que estaban destinados a esta isla. También por estas fechas se daría cuenta de los resultados sumamente satisfactorios en las pruebas de resistencia efectuadas a una de las casamatas últimamente construidas en la fortaleza. Para entonces, el número de trabajadores implicados ascendía ya a unos 2.200 incluidos los que estaban trabajando a destajo. De los 200 prisioneros llegados procedentes de Barcelona, 50 fueron destinados a llevar a cabo los trabajos de rehabilitación en la Isla del Rey, mientras que el resto pasaba a trabajar en la fortaleza.

 

PERSPECTIVA DE LA PUERTA DE ACCESO Y CONSTRUCCIONES ANEXAS (CONSORCIO MILITAR DE MENORCA)

 

Sobre las diez de la mañana del 23 llegaba a puerto el vapor de transporte de guerra General Álava conduciendo a bordo otros 202 prisioneros, un oficial y 19 individuos de tropa procedentes de Valencia vía Palma. Este buque iba al mando del TN don Domingo de la Lama, la dotación la componían 70 hombres, estaba dotado de una máquina de 220 CV. y había sido artillado con 2 cañones.

 

EL TRANSPORTE GENERAL ÁLAVA (IZQ. COLOR BLANCO) EN UNA ACUARELA DE LA ÉPOCA (ARCHIVO DEL AUTOR)

 

Las obras continuaron su desarrollo durante 1859 a un buen ritmo y del 1 al 10 de septiembre del año siguiente, esto es, de 1860, reinaba en toda la isla una gran emoción y entusiasmo pues habían dado comienzo los diversos preparativos encaminados a la recepción de SS. MM. quienes se desplazarían en los próximos días a Menorca para llevar a cabo la inauguración del impresionante recinto militar. Tres días después, el Ayuntamiento daba a conocer el completo programa de actos que se había previsto para la efemérides. Y desde las primeras horas del 15 comenzaban a llegar a Mahón vecinos procedentes de todos los rincones de la isla de tal forma que en muy poco tiempo acabarían con las plazas disponibles en fondas y en casas particulares dispuestas a alojarles. A las ocho de esa misma mañana atravesaba la bocana el vapor  Menorca conduciendo 4 coches y 8 caballos destinados al servicio de la Familia Real y, a las doce, lo haría el buque de la Armada General Patiño con una sección de Alabarderos y parte de la real servidumbre. Por fuera de la bocana, en esa misma fecha dos vapores franceses se encontraban trabajando lentamente en el tendido de una línea de comunicaciones submarina destinada a unir Francia con Argelia, de la cual habían previsto dejar una boya fondeada al través de la Punta de s’Esperó que marcaba el extremo del cable tendido y que, según se decía, amarraría en la isla, donde se ubicaría una caseta de control.

 

PANORÁMICA DE LA MOLA DESDE SU FACHADA DE LEVANTE (ARTEFOTO)

 

El 16 amanecía con unas condiciones meteorológicas realmente desagradables. La ciudad había sido perfectamente engalanada y, aún a pesar de lo desapacible del tiempo, la población ofrecía un aspecto extraordinariamente animado. Ese mismo día zarpaba desde Palma con rumbo a Mahón la Comitiva Real y se esperaba que a lo largo de la tarde, si bien no desembarcaran los ilustres viajeros debido a las condiciones apuntadas, si entrarían en puerto las distintas unidades que formaban el convoy.

 

EL YATE IMPERIAL FRANCÉS AIGLE (ROUX)

 

Curiosamente, a las diez de la mañana de ese mismo día había dejado caer sus anclas en el puerto el yate imperial de Francia Aigle, a bordo del cual viajaba precisamente el Emperador del país vecino, Napoleón III, junto con la Emperatriz Eugenia, quienes se dirigían a realizar una visita oficial a Argelia. A raíz de efectuarse esta escala se estuvo comentando activamente la posibilidad de que a bordo del buque o en cualquiera de los edificios sociales de la ciudad tuviera lugar una entrevista protocolaria entre el Emperador y SS. MM. los Reyes de España, pero la realidad es que no llegaría a celebrarse ningún tipo de encuentro porque no llegarían a coincidir. Tras recibir a bordo la visita del general gobernador Militar y al comandante de Marina, y una vez entregada una carta manuscrita del Emperador de Francia para la Reina de España, zarpaban nuevamente reanudando su viaje. Serían las cuatro de la tarde cuando la Comitiva Real por su parte zarpaba desde Palma poniendo rumbo a Mahón.

 

LA MOLA Y SUS CONSTRUCCIONES OBSERVADA DESDE TORRENOVA DEL REY (CVAS, FOTOS ANTIGUAS DE MENORCA)

 

Un alegre repique general de campanas anunciaba, cuando transcurrían más o menos las nueve y media de la mañana del 17, que la Comitiva Real había sido marcada desde la vigía del Cap de Bajolí, lo que había comunicado rápidamente vía telegráfica a esta ciudad. Aún a pesar de que lógicamente sobrara tiempo en exceso de ahí a que llegaran a puerto, multitud de ciudadanos de todas las edades se lanzaron cuestas y escaleras abajo hacia los muelles así como a poblar los distintos miradores para no perderse detalle de la llegada, puesto que primeramente lo irían haciendo las diferentes unidades de la escolta.

 

OTRA IMAGEN DEL GENERAL ÁLAVA (IZQUDA.) (ARMADA.DEFENSA.GOB.ES)

 

Los primeros buques en entrar fueron los vapores San Quintín y General Álava con los señores conde de Balazote, duque de San Miguel y don Atanasio de Oñate, inspector general de Palacio. A las doce y media del mediodía lo hacía el Mallorquín conduciendo a bordo al capitán general de Baleares, el gobernador Civil, parte de los miembros de la Diputación y Consejo de la Provincia, así como algunos magistrados de la Audiencia. Mientras, las autoridades locales, corporaciones e invitados permanecían embarcados a bordo de los vapores Mahonés y Menorca para que, cuando se dijera, partieran todos hasta situarse fuera de puntas para recibir a los Reyes. Pero según iba avanzando aquella tarde, el viento había ido arreciando fuertemente y el estado de la mar consecuentemente empeorando por momentos. Tal es así que, habiendo encontrado el barco real una mar en exceso incómoda de proa, tras consultarlo con SS. MM. el comandante había ordenado al timonel rectificar el rumbo mantenido hasta entonces para poner proa hacia la bahía de Ciutadella, acortando el recorrido en busca de la seguridad y mayor comodidad. Una vez arribados a puerto, desembarcaban SS. MM. siendo conducidos para aposentarse al palacio del conde de Torresaura.

 

BUQUE GENERAL LINIERS (WIKIPEDIA.ORG)

 

Mientras, y en el otro extremo de la isla, cuando se acercaba la anochecida fueron muchos los vecinos y funcionarios municipales que se dedicaron a reparar en lo posible los numerosos destrozos ocasionados por el temporal a todo el ornato que se había colocado en las calles y fachadas para la fecha.

 

VAPOR DE TRANSPORTE SAN QUINTÍN (WIKIPEDIA.ORG)

 

A las ocho de la mañana siguiente SS. MM. recibían numerosas visitas en el monasterio de Santa Clara, donde previamente habían asistido a la celebración de la Misa. Seguidamente y acompañados por doce payeses que se habían ataviado con sus trajes regionales emprendían la marcha hacia Mahón, mientras eran fervorosamente aclamados a su paso por cada una de las distintas poblaciones que iban atravesando en su recorrido. Tras haber salido ya de Alaior y recorrer unos 5 kilómetros, la carroza real se adelantó curiosamente al resto de la comitiva para circular completamente sola y sin escolta el resto del camino, gozando SS. MM. de la hermosura y exquisitez del paisaje menorquín. Sobre las tres de la tarde llegaban a Mahón, siendo recibidos por la población que se encontraba esperando dando muestras de un entusiasmo indescriptible. En su recorrido realizarían diversas paradas puntuales para llevar a cabo otras tantas visitas protocolarias: la Casa de Beneficiencia, el Hospital Civil y el convento de las Monjas Concepcionistas. Mientras tanto, el marqués de Castillejos, Ingeniero General del Estado, se adelantaba hasta la Mola para revisar personalmente el estado de la fortaleza de Isabel II, cuyas obras se iban a inaugurar al día siguiente. SS. MM. pasaron a pernoctar esa noche en el domicilio de las señoritas doña Catalina y doña Pilar Sancho, quienes habían ofrecido su casa y recibir el beneplácito para ello.

 

EN PRIMER TÉRMINO, EL VAPOR DOÑA ISABEL II (ARCHIVO DEL AUTOR)

 

A las once de la mañana del 19 recibían diversas visitas que ya habían sido pactadas en el protocolo de la organización, a cuyo término 18 jóvenes de Villa Carlos llevaban a cabo ante SS. MM. una exhibición del clásico ‘Ball des Còssil‘ que, tras numerosos años de interrupción, solamente se había ejecutado en 1841. A continuación les eran ofrecidos diversos presentes consistentes en productos del país pertenecientes al ramo de la industria, las ciencias y la literatura. Más tarde la comitiva se detuvo para contemplar los diferentes buques de la Escuadra Española que se encontraban fondeados en el puerto, embarcando desde el paseo de la Alameda utilizando un embarcadero construido al efecto, en un bote que los mestres d’aixa locales habían construido exprofeso para ellos y que había sido bautizado con el nombre de Cabo de la Mola. Una vez a bordo, se dirigieron hacia la bocana para desembarcar en la Mola y visitar la fortaleza que llevaba el nombre de S.M. la Reina. En el transcurso del recorrido y a bordo de la embarcación les había sido ofrecido por el general gobernador Militar de la Isla, don Joaquín Bassols, un reconfortante refresco.

 

EL BOTE REGALADO A LA REINA DOÑA ISABEL II QUE SE CONSERVA EN ARANJUEZ (MADRID) (ARCHIVO DEL AUTOR)
EL MISMO BOTE VISTO POR SU ALETA DE ESTRIBOR (ARCHIVO DEL AUTOR)

 

Una vez en tierra se procedió a realizar una lenta y meticulosa visita a aquellas impresionantes instalaciones militares, recorriendo recintos, casamatas, defensas y troneras, tras lo cual quedarían inauguradas por S. M. la Reina Isabel II. Por la noche visitaron el magno Teatro Principal, donde asistirían a una representación teatral, organizada por el comité nombrado por el Ayuntamiento. En cuanto hubieron atravesado el umbral, la hermosa construcción y decoración del local llamaron poderosamente la atención, tanto de SS. MM. como de las demás personas de la Corte que les acompañaban. En el interior sería el Ayuntamiento quien les ofreciera un refresco, momento en el que quedaba inaugurado el Salón de Descanso del teatro que había sido magníficamente restaurado para la ocasión, al tiempo que era estrenado un nuevo telón obra del pintor mahonés Francisco Pons destinado a cerrar el escenario y que recibiría desde el primer momento numerosos elogios. Don Juan José Sancho, alcalde de la ciudad y las señoras doña Catalina y doña Clara Sancho, así como su tutor don Juan Pons, recibieron de SS. MM. un magnífico regalo como recuerdo de su visita a esta ciudad y permanencia en casa de dichas señoritas. A su marcha. los Reyes agradecieron todos los actos organizados que habían sido organizados con motivo de su visita a la isla, así como manifestaciones de cariño recibidas por parte de la población menorquina. Seguidamente ordenaron que fuesen donados, además, 80.000 reales de vellón a repartir entre las gentes más necesitadas.

 

EL PUERTO DE MAHÓN CON LA PENÍNSULA DE LA MOLA EN LA PARTE SUPERIOR (FOTOS ANTIGUAS DE MENORCA)

 

A las tres de la tarde del 19 se hacían a la mar todos los buques que formaban la Comitiva Real. SS. MM. se situaron en el alcázar del vapor Princesa de Asturias para despedirse de los menorquines, el que estaba rematado por el estandarte real que hasta entonces había ondeado en la falúa expresamente construida por manos locales como obsequio del Ayuntamiento. El resto de la flota lo formaban el Rey Francisco de Asís, de 82 cañones; corbeta Mazarredo, de 16, vapores Doña Isabel II de 16, y los nombrados San Francisco de Borja, General Álava, San Quintín, General Liniers y General Patiño, todos ellos de 2 y el francés Gomer, de 12 cañones.

 

BUQUE TRANSPORTE FRANCÉS GOMER (F. ROUX, WIKIPEDIA.ORG)