(o cuando la naturaleza nos cambia su cara…)

La costa puede presentar muy diversos aspectos, cada cual más atractivo e impresionante. Por regla general, siempre se busca la belleza referida al verano, cuando el sol se encuentra en punto álgido y los cielos más azules, lo que origina una escala de tonalidades realmente increíble tanto en la mar como en la costa. También se aprecia, sobre todo por parte de los amantes a la imagen, bien fotografía, bien vídeo, de alguna nube que rompa ese fondo fijo, lo que sin duda enriquecerá el resultado final.
Sin embargo, en la mar existen otras situaciones capaces de romper todas esas características habituales superando, incluso, la belleza y espectacularidad de las anteriores: los temporales, bien de invierno, bien de cualquier otra estación del año. A los primeros nos referiremos en este capítulo.

Menorca posee cuatro escenarios diferentes a disposición del usuario en todo momento y en cualquier época del año. Visitables, además, en muy poco tiempo: el norte, el sur, el este y el oeste. O sea, que a donde al viento le de por abrir el escenario donde obtener las imágenes más deseadas, en muy poco recorrido.
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